Rafael Alberti. La amante. Canciones (1925), Litoral, Málaga, 1926
En el verano de 1925, Alberti acompaña a su hermano Agustín, corredor de vinos, en un viaje por Castilla hasta tierras del Cantábrico: Rítmico, melodioso, ligero, recorrí con aquella amante ya perdida más de una centena de pueblos, desparramando por casi todos ellos y las innumerables sendas y caminos que los enlazaban, mi canción. Itinerario jubiloso, abierto en casi todo instante a la sonrisa.
En La Amante figuran varios poemas dedicados a Aranda de Duero, como los que siguen:
Aranda de Duero
Madruga, la amante mía,
madruga, que yo te quiero.
En las barandas del Duero,
viendo pasar la alba fría,
yo te espero.
No esperes que zarpe el día,
que yo te espero.
De Aranda de Duero a Peñaranda de Duero
¡Castellanos de Castilla,
nunca habéis visto la mar!
¡Alerta, que en estos ojos
del sur y en este cantar
yo os traigo toda la mar!
¡Miradme, que pasa el mar!