Desde 1999, simbolizando los 9 meses de embarazo, cada 9 de septiembre, se celebra el Día Mundial de los Trastornos del Espectro Alcohólico Fetal (TEAF).
La celebración de este día persigue sensibilizar y concienciar a la población mundial acerca de las consecuencias irreversibles de este trastorno por la exposición prenatal al alcohol y lanzar a la sociedad un mensaje común: ALCOHOL y EMBARAZO son INCOMPATIBLES.
La Sociedad Científica Española de Estudio sobre el Alcohol, el Alcoholismo y otras Toxicomanías (Socidrogalcohol) recuerda que cualquier cantidad de alcohol en el embarazo puede producir alteraciones físicas, mentales y de comportamiento en el bebé, constituyendo la primera causa prevenible y no genética de retraso mental en el individuo.
Casi 5.000 niños nacen en España cada año con este trastorno, que se produce por el consumo de alcohol durante el embarazo. «Se trata de un trastorno que causa mucho sufrimiento tanto al que lo padece, como también a las familias que ven como sus hijos e hijas presentan conductas cada vez más alejadas de sus edades cronológicas», afirman desde la sociedad científica. Así, en el primer trimestre de embarazo, puede causar anomalías estructurales: faciales, cerebrales; en el segundo, hay más riesgo de aborto espontáneo y, en el tercero, suele apreciarse un retraso en el crecimiento intrauterino, tanto en el peso, longitud como en el crecimiento cerebral.
El alcohol atraviesa la placenta, por lo que los niveles del etanol en sangre fetal y líquido amniótico son equivalentes a los de la embarazada. «No se conoce ninguna cantidad segura de ingesta de alcohol durante el embarazo, no hay un trimestre seguro para beber alcohol, por lo que se recomienda la abstinencia total», recuerdan.
Desde la Asociación de familias de afectados por el Trastorno del Espectro Alcohólico Fetal (TEAF) aseguran que «cada vez más personas saben de los efectos teratogénicos del alcohol, pero todavía no hay suficiente concienciación».
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