El Ayuntamiento inicia una intensa campaña para controlar el exceso de ruido de ciclomotores y motocicletas

El ruido es una de las principales causas de preocupación entre la población de las ciudades, ya que incide en el nivel de calidad de vida y además puede provocar efectos nocivos sobre la salud. El incremento de los niveles de ruido ha crecido de forma desproporcionada en las últimas décadas.


 


En Aranda de Duero, las conclusiones de la Agenda Local 21 subrayaban que el ruido ambiental causado por el tráfico es uno de los problemas que más preocupa a los ciudadanos. Así, En el municipio de Aranda de Duero, la principal causa de contaminación acústica y por lo tanto motivo de queja por parte de la población es el ruido derivado del transporte rodado y especialmente el que producen las motocicletas y ciclomotores manipulados por sus propietarios que producen una emisión sonora superior a la permitida.


 


Por este motivo, desde la Concejalía de Protección Civil, Seguridad Ciudadana y Bomberos se va a poner en marcha una campaña de control exhaustivo del ruido que provocan las motocicletas en tres jornadas los días 15, 16 y 17 de noviembre (martes, miércoles y jueves) con el objetivo de controlar todos aquellos vehículos que generen una emisión sonora excesiva.


 


Esta campaña se desarrolla en colaboración y coordinación con responsables de la Inspección Técnica de Vehículos (ITV) de la capital ribereña, que serán los encargados de valorar qué ciclomotores y motocicletas NO CUENTAN CON EL SILENCIADOR HOMOLOGADO Y LO HAN CAMBIADO POR OTRO CON EL ÚNICO OBJETIVO DE PROVOCAR RUIDO.


 


En Castilla y León se ha tomado como referencia los límites establecidos por la Organización Mundial de Salud (OMS), que fijó como máximo para el día durante las jornadas laborales los 55 decibelios, ya que, por encima de esa cifra se producen molestias para las personas, que se agravan si se alcanzan los 65 decibelios. Unas cifras que se superan si los ciclomotores y motocicletas no llevan el silenciador correspondiente.


 


Así todos aquellos conductores que no cumplan con esta norma se arriesgarán a la inmovilización de su moto, que no podrán recuperar hasta que hayan solucionado el problema. Y es que alrededor del 90 por ciento de las motos generan más ruido del permitido porque han cambiado el tubo de escape por uno no homologado o directamente no lo llevan. 


 


Los agentes de la Policía Local de Aranda de Duero seguirán los siguientes pasos durante el desarrollo de esta primera campaña:


 


Cuando los agentes municipales observen que alguno de los vehículos (ciclomotores y motocicletas) producen exceso de ruido en la ciudad se procederá a su paralización y se les requerirá la documentación correspondiente.


 


– Una vez que la moto sea retenida será trasladada al depósito municipal donde los técnicos de la ITV comprobarán si el silenciador que lleva la moto o ciclomotor ha sido manipulado con el objetivo de provocar mayor nivel de ruidos.


– Si se comprueba que efectivamente incumple la normativa de ruidos, el vehículo quedará inmovilizado hasta que su dueño solucione el problema, garantizándose así la limitación de ruidos.


 


– El propietario será sancionado según lo previsto en las ordenanzas, con multas que pueden ascender hasta los 300 euros. Además también se le sancionará por la propia inmovilización del vehículo y el pase por la ITV.


 


 


Los agentes de la Policía Local actuarán de forma intensiva durante estas tres jornadas, pero también el resto del año, en las zonas más problemáticas de Aranda como son la calle San Francisco, la Avenida Castilla y la calle Santiago. Este aumento de controles servirá también para vigilar qué conductores llevan el casco y la documentación exigida.


 


En Aranda de Duero hay contabilizadas alrededor de 1.200 ciclomotores y motocicletas.